Durante décadas, Olson Electronics fue un nombre icónico en el mundo de la electrónica de consumo en Estados Unidos. Hoy, su historia permanece en la memoria de unos pocos entusiastas que recuerdan una época dorada de radios, componentes y pasión tecnológica
En la historia del comercio minorista de tecnología en Estados Unidos, nombres como RadioShack o Best Buy suelen llevarse todo el protagonismo. Sin embargo, hubo una época en la que otra empresa competía de tú a tú en ese terreno: Olson Electronics. Fundada en 1927 por los hermanos Olson en Akron, Ohio, esta cadena se convirtió en un referente para aficionados y profesionales de la electrónica durante más de medio siglo.
Una empresa nacida con visión
Olson Electronics comenzó como Olson Radio, vendiendo equipos y componentes de radio a una audiencia que en ese entonces se maravillaba con las posibilidades de la comunicación inalámbrica. A medida que la demanda de tecnología crecía, la compañía amplió su catálogo incluyendo kits de montaje, amplificadores, altavoces, herramientas y componentes eléctricos para reparaciones y proyectos personales.
En la década de los 60 y 70, Olson llegó a operar más tiendas que RadioShack, con una fuerte presencia en regiones como el medio oeste de Estados Unidos y la zona de los Grandes Lagos. Muchos recuerdan sus catálogos con nostalgia: páginas llenas de esquemas, diagramas, precios accesibles y descripciones técnicas que hacían las delicias de quienes soñaban con armar su propio equipo de sonido o su emisora de radioaficionado.
Teledyne y los años de cambio
En 1968, Olson fue adquirida por el conglomerado Teledyne, una empresa con intereses en electrónica, defensa y aeroespacial. El nuevo nombre, Teledyne Olson Electronics, pretendía impulsar a la cadena con mayor respaldo corporativo. Sin embargo, esa etapa marcó también el comienzo de un lento declive. Aunque se mantuvo operando durante algunos años, el mercado empezó a cambiar con la aparición de grandes superficies y la internacionalización de la producción electrónica.
Caída y desaparición
En agosto de 1984, Teledyne vendió la cadena a un grupo de inversores con base en Chicago. Solo un año después, en diciembre de 1985, la empresa se declaró en bancarrota, enfrentando una deuda de más de cinco millones de dólares. En los primeros meses de 1986, todas las tiendas cerraron sus puertas definitivamente.
Los factores detrás de su desaparición fueron variados: una competencia feroz, cambios en los hábitos de consumo, el auge de nuevos canales de distribución y posiblemente una falta de adaptación al nuevo contexto tecnológico. Para muchos de sus exempleados y clientes, fue el fin de una era.
Un legado vivo en la memoria
Hoy en día, Olson Electronics vive en el recuerdo de una generación que creció montando radios de onda corta, soldando resistencias y soñando con convertirse en ingenieros electrónicos. Los foros de coleccionistas, las subastas de catálogos antiguos y las anécdotas compartidas en redes sociales mantienen vivo ese espíritu pionero.
Como dijo un aficionado en una publicación retro: “Entrar en una tienda Olson era como estar en un parque de diversiones para nerds. Todo lo que necesitabas para hacer algo desde cero estaba ahí”.
La historia de Olson Electronics es un testimonio de cómo las empresas que logran conectar con la pasión de su público pueden dejar huella, incluso mucho después de haber desaparecido. En un mundo donde la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, recordar estos capítulos del pasado nos permite valorar el ingenio y la curiosidad que dieron origen a la cultura maker que hoy sigue tan vigente como entonces.
Quizás, si alguna vez ves un equipo vintage con el logotipo de Olson, sonrías al saber que formas parte de una tradición tecnológica que no se olvida fácilmente.
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